Moto Guzzi V10 Centauro: rara avis
A finales de los 90 con la aparición de motocicletas tan peculiares y extravagantes como la Ducati Monster, la Bimota Mantra o la Aprilia Motò, en 1996 Moto Guzzi presentó su motocicleta de nicho, la V10 Centauro, coincidiendo con el 75 aniversario de la marca.
El diseño de «La Bestia» (como muchos guzzistas la denominan) fue obra de Luciano Marabese de Marabese Design, aunque posteriormente Moto Guzzi introdujo cambios en el diseño. Con unas líneas redondeadas y muy personales, una mezcla entre naked, cruiser y moto deportiva. Una moto muy particular, con mucho carácter que odias o amas sin concesiones.
Partiendo del chasis de la Moto Guzzi Daytona RS, también se utilizaron otros elementos de esta como la horquilla delantera, el amortiguador trasero, los frenos Brembo, las llantas Marchesini, la suspensión de paralelogramo trasero y la transmisión «descubierta». Para la puesta a punto de la Centauro se realizaron pequeños ajustes como bajar las estriberas, elevar el manillar y reducir la distancia al suelo del asiento para hacer a la Centauro una moto más confortable respecto al concepto tan radical de la Daytona.
Todo el conjunto alcanzaba los 224 kg de peso en seco.
Como no podía ser de otra manera, el propulsor bicilíndrico de 992 cm³ con árbol de levas en cabeza, 4 válvulas por cilindro, distribución por correa y un sistema de inyección electrónica igual que el de la Moto Guzzi Daytona RS, pero desarrollando 95 cv a 7400 rpm y con un par de 98 Nm a 5800 rpm por los 105 cv de la Daytona. Este motor fue durante años el más potente construido por Moto Guzzi.
La Centauro podía llegar a alcanzar una velocidad máxima de 225 km/h.
Con todo ello, podríamos decir que la Centauro era un lobo con piel de cordero.
En 1998 aparecieron dos nuevas versiones, la «V10 Centauro GT» que equipaba un parabrisas alto, un asiento diferente y portaequipajes (teóricamente una versión más apropiada para viajar) y la «V10 Centauro Sport» que se distinguía por llevar un pequeño carenado pintado y una funda del asiento roja o verde con bandas blancas.
Ambas versiones equiparon algunas mejoras, como el manillar regulable y el caballete lateral sin retorno automático.
El fin de su producción llegó en 2001 y sólo se fabricaron 1918 ejemplares, siendo 1272 «Centauro», 245 “Centauro GT” y 401 “Centauro Sport”.
La Moto Guzzi V10 Centauro es sin duda uno de los modelos con mas personalidad que Moto Guzzi haya fabricado jamás, y aunque en su día fue uno de los mayores fracasos comerciales de su historia, con el paso de los años se ha vuelto un modelo muy buscado, convirtiéndose en una pieza de colección.